sábado, 6 de marzo de 2010

Selfportrait


Nunca seré una de esas mujeres que se maquillan y se ponen tacones cada vez que salen a pasear sus encantos una mañana de un martes cualquiera...
Tal vez nunca diré " mi marido está con los amigos en el bar hace casi ya más de dos horas"...
Siempre extrañaré la voz de mi madre al teléfono recordándome cuando marcho de viaje que recuerde meter las pastillas para el dolor de cabeza, y que si llevo el secador o no...
Mi vida no será ni es igual a la de tantas mujeres, mis pechos nunca luciran escotes de escándalo para seducir. Aunque si quisiera podría...
Yo para seducir no necesito telas, no me maquillo y con suerte tengo un par de zapatos de tacón en el armario. Mi marido no está en el bar, porque no lo tengo, ni lo llegaré a tener porque no me interesa, por no tener no tengo ni un bar debajo de mi casa. No me suele doler la cabeza, y mejor no hablemos de mi madre.
Me gusta mi vida aunque me resigne en algunas ocasiones, no me queda otra.
Mi felicidad consiste en ir sumando experiencias, momentos, disgustos, recuerdos.
La pasión me mantiene despierta y viva, aunque me haga sufrir constantemente.
La imagen de lo que veo en el espejo se aleja bastante de la perfección, pero no hago de eso un obstáculo para disfrutar de lo que me queda.
Nunca tendré problemas de autoestima porque dejo que me quieran y a la vez me quiero, siempre más de lo que toca.
Recibir.
Recibo, amo, lloro, canto, callo, miro, vivo.
Vivo.
Vivir.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sí, te ví desde mi terraza en un momento personalmente crudo, sin quererlo, sin asumir nada.
Me llegó la brisa de tu escencia y ahora me estimula lo que leo. Los prejucios no valen, la lucidez aterra y la no comunicación confunde.