De pronto te despiertas y una imagen te viene a la cabeza... te duele, te quema por dentro, y justo en ese instante podrías dibujarlo perfectamente, como si de un cuadro se tratara. Pero decides memorizarla, guardarla en algún lugar y volver a la cama como si nada de todo tu pensamiento fuera contigo. Intentas dormir, das millones de vueltas huyendo de todo lo que te viene a la mente después, hasta que de una manera casi mágica y misteriosa es de día y te acabas de despertar.
El maravilloso mundo de las imágenes que queman.
Memories 2008, Palma
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